Buenas a todas y todos desde el infiernito de León. Aunque este calor no nos quita las ganas e ilusión de seguir compartiendo, dando y recibiendo de igual manera.
Hoy os cuento que vamos a agrandar la familia de escuelas hermanadas. Un nuevo hermanamiento,el cole en el que yo trabajo en Zaragoza como maestra de Infantil, San Vicente de Paúl, Las Paulas, con la escuela Concepción de María, ¨La Morita¨.
Es una escuela rural ubicada en el municipio de Telica, en la comarca de La Morita, y así la llaman. Llegamos hasta allá en un bus que acerca a muchas maestras y maestros de León a su escuela en la zona rural. Cuando se acaba el asfalto, empieza un trajín de profes y estudiantes subiendo y bajando. En la última parada se baja Doña Marta, la bibliotecaria y profe de Preescolar de La Morita. Ahí esperan sus alumnos y alumnas para caminar todas y todos juntos hacia la escuela. Y hoy, Flor y yo tenemos la suerte de compartir ese camino con ellos.
Tras unos 20 minutos caminando, pasando por un puente sobre un barranco, construido hace poco mas de dos meses, llegamos a la escuela: columpios de hierro, una fuente, tres aulas y la biblioteca.
Estanislao, el director nos enseña su aula multigrado con alrededor de 35 niños y niñas de 1º,2º y 3º, en el siguiente aula asoman su cabecita los alumnos y alumnas de 4º,5º y 6º grado y al fondo nos espera Doña Marta esperando la llegada a caballo, bicicleta o caminando de sus peques de Preescolar.
La mañana se pasa rápido compartiendo con mayores y pequeños que escuchan entusiasmados sobre sus nuevos hermanos y hermanas de Las Paulas. Vemos fotos y hablamos sobre como son, que les gusta, que les divierte..Y por supuesto intercambiamos canciones y juegos populares en ambas escuelas. La Morita ha elegido la zapatilla por detrás y para Las Paulas va ¨El comandante¨, su juego favorito. También ha habido intercambios de dibujos de los niños y niñas de Zaragoza y La Morita, que a pesar de estar separados por 8000 km y un océano, se aprecian intereses y gustos comunes, y es que la infancia no entiende de raza ni origen.
Llega la hora y tenemos que marchar, el bus no espera y sólo hay ese! Así que rodeadas de un montón de nuevos amigos y amigas caminamos de regreso conversando y jugando. Se oye el bus, y un buen ramillete de sonrisas nos despiden con un ¿Vuelven mañana?..
Y con esto nos despedimos esperando que este sea el inicio de una bonita amistad y una nueva oportunidad de ¨Coooperar con el Sur, para transformar el Norte¨.