El Presidente de la República participó en el homenaje póstumo al líder histórico de la Revolución Cubana
“Esto que vemos hoy no es más que la esencia, los valores, la ética y la moral de Fidel hecha pueblo y multiplicada alrededor del mundo”, sentenció el Presidente de la República, Comandante Daniel Ortega, al intervenir en el hermoso acto en el que el pueblo de Cuba y representantes de naciones amigas, homenajearon al Comandante en Jefe Fidel Castro.
Se refería nuestro mandatario a los miles de cubanos y las múltiples personalidades que colmaron la Plaza de la Revolución de la capital cubana, un sitio que, recordó Daniel, visitó por primera vez en 1967 cuando viajó a La Habana al IV Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes.
En esa oportunidad, dijo, “como una gran sorpresa que no esperábamos, nos invitaron a esta Plaza y nos sentaron en la tribuna a pocos metros de Fidel que estaba acompañado por Salvador Allende, quien por aquel entonces pretendía llegar al poder por la vía pacífica”.
Y Fidel, que más convencido que nadie en aquella épica, de que el camino para la liberación pasada por la lucha armada revolucionaria, le mostró todo su apoyo al luchador socialista. Y ya conocemos la historia, sentenció.
La muerte del líder cubano, su entrañable amigo, “duele, claro que duele”, afirmó. Pero “Fidel está en estos muchachos y muchachas, en esta juventud. Viene creciendo con los niños. Está en la conciencia y el corazón de las mujeres cubanas, de los obreros, de los agricultores, de los técnicos, profesionales, científicos”.
Porque así como él está hoy más firme que nunca en el corazón de este pueblo —afirmó señalando al mar de cubanos que se desbordó en la Plaza de la Revolución— también está más firme que nunca “en el corazón de los pueblos latinoamericanos y caribeños, de Asia y de África, de buena parte del pueblo norteamericano y de los pueblos europeos”.
Está seguro en la conciencia de este gigantesco capital humanos que forjó Fidel con el pueblo de Cuba y en el resto del mundo.
Rememoró que Fidel hizo una Revolución en las narices del Imperio norteamericano y cuando era difícil alcanzar las victorias. El Gigante, junto a su hermano Raúl Castro y otros combatientes embarcaron en México a bordo del yate Granma, desembarcaron en Cuba y comenzaron a construir la primera revolución socialista en Nuestra América a 90 millas de los Estados Unidos.
Desde el triunfante enero de 1959, Fidel se preocupó y trabajó por el desarrollo económico, social, cultural y deportivo del pueblo de Cuba, “porque no descuidaba un solo espacio”.
No fueron pocas las batallas desiguales que tuvo que librar Fidel durante todos estos años. Libró combates desiguales con un imperio invadiendo, intentando asesinarlo e imponiendo ese bloqueo criminal que no es más que un acto que se califica como un crimen de lesa humanidad que debería estar siendo juzgado por la Corte Penal Internacional, denunció el Presidente Daniel.
En medio de la ley de la selva que impone el capitalismo salvaje, defendió el derecho de Cuba a desarrollarse y continuó promoviendo los principios marxistas y así Fidel fue sentando la paz.
Ahora que ya no está Fidel, el camino es completar su obra, exhortó nuestro presidente. Y no solo en Cuba, sino en todo el planeta, es necesario continuar batallando por el desarrollo frente a las amenazas y agresiones del imperio.
FIDEL Y EL PRINCIPIO CRISTIANO DE LA SOLIDARIDAD
El Comandante Daniel rememoró el carácter humanista y solidario de la Revolución Cubana que construyó Fidel Castro. En ese sentido plasmó la ayuda solidaria de la isla con las naciones del mundo y en especial rememoró la colaboración que en cuanto a la prevención de desastres le ha brindado a Nicaragua.
Daniel realzó que Fidel supo traducir los cambios de los tiempos. Después de Cuba, fue Nicaragua la que hizo la Revolución, y fue Fidel, y Raúl y este pueblo el que también entró victorioso el 19 de julio de 1979. La de Nicaragua fue la última revolución triunfante del siglo XX, acotó.
Rememoró que luego de la desintegración de la Unión Soviética, un punto de balance en nuestro planeta frente a las amenazas expansionistas del imperialismo, Cuba se quedó prácticamente sola en Nuestra América.
Pero, en la fecha mágica de 1998 cuando, nadie se lo esperaba, se produjo una revolución en un país con más desarrollo y fortaleza de la Cuba y Nicaragua, se produce la Revolución Bolivariana a la cabeza del eterno líder Hugo Chávez, recordó.
En ese sentido, hizo alusión a su primer encuentro en La Habana con el Comandante Hugo Chávez a quien Fidel había invitado para ofrecerle su respaldo en el camino que se había trazado para llegar al poder en Venezuela.
“Estábamos viviendo un nuevo tiempo en América, en medio de una correlación de fuerzas que se habían debilitado. Se logró instalar con la Revolución Bolivariana un cambio profundo en nuestra región”. Vino el Alba, Petrocaribe y la Misión Milagro, obras de Fidel y Chávez. A partir de ahí comenzaron a producirse cambios en la vía electoral en toda la región, recordó.
Todo ello permitió que, con la fuerza de los pueblos y la firmeza de todos los gobiernos y a pesar de sus diferencias, se concretara el sueño de bolívar con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Es cierto que en este nuevo período han existido reveses pero el cambio que ya se produjo en América Latina y el Caribe es cualitativo e irreversible y no habrán amenazas ni sanciones ni bloqueo que vengan a destruir esta unidad latinoamericana y caribeña que ya significa una nueva actitud y bandera de independencia y soberanía para los pueblos de Nuestra América y el Caribe.
Sabiduría y firmeza para que juntos los latinoamericanos y caribeños sigamos, juntos, defendiendo la paz, la solidaridad y la unidad de nuestros pueblos. Hoy más que nunca se hace imprescindible más allá de las ideologías porque se trata de salvar el futuro de bienestar y progreso de nuestros pueblos.
Se trata de salvador la soberanía de nuestros pueblos. Se trata de salvar todo lo que hemos logrado avanzar en todos los campos. No podemos hablar que se ha avanzado de forma totalmente satisfactoria en todos los campos pero se ha avanzado y tenemos que lograr unidos persuadir a los gobernantes norteamericanos en que hacia atrás no se puede caminar, solo hacia adelante, seguir construyendo paz, amistad y solidaridad.
A toda la familia de Fidel y a toda esta gran familia que es el pueblo de Cuba les quiero manifestar todo nuestro amor infinito sin claudicaciones y con toda la solidaridad para este pueblo heroico y valiente que estamos seguro seguirá defendiendo las ideas de Fidel.
¡Que viva el pueblo de cuba!, ¡Viva el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz!, concluyó.
mem/ybb
Fuente: La Voz del Sandinismo